1990

Cuando tenía 8 años tenía un amigo en la escuela que se llamaba Marcos Villarroel. Tenía lentes enormes y redondos y vivía en una pensión. A los dos nos gustaba dibujar. El dibujaba mejor que yo pero ta, estaba todo bien, no había envidia ni nada, solo nos gustaba dibujar porque teniamos 8 años. Por lo general dibujabamos superheroes. El tenia su universo y yo tenía el mío, comandado por Castorman, el carpintero de dia hombre castor de noche. El tema es que fuera de sus superheroes, Marcos tenía un personaje que estaba DEMAS que se llamaba MR. BANANA, que era un MUSICO DE ROCK RE COOL CON CABEZA DE BANANA. Era RE COOL mas alla de que se llamara MR. BANANA (supongo que porque su cabeza no era banana-vertical sino banana-horizontal, lo cual metía toda la onda). Su banda de rock estaba compuesta también por otros músicos frutoides como MR. MANZANA (creo que era el guitarrista), MR. NARANJA y alguno más.

Como yo no podía ser menos (capaz que sí había una competencia silenciosa y horrible) inconcientemente se lo copié A CARA DE PERRO y un día salí con POLIPERA, que era el mismo concepto pero con policías porque los dibujitos de Locademia de Policía eran lo mas de lo mas en la televisión matutina. La locademia de Polipera estaba compuesta por frutoides como POLIFRUTILLA (un superhéroe frustrado), POLISANDÍA (el fuerte), POLIBOÑATO (asado, el mas viejo del escuadron, siempre a un día de retirarse) y otros menos importantes. Marcos se dió cuenta del plagio y un día me lo dijo pero onda TODO BIEN. Hasta hicimos un comic crossover con los dos personajes una vez (el dibujaba una viñeta y yo otra).

Un día con la clase ibamos a ir a remontar cometas a la fortaleza del Cerro y teníamos que hacer de deberes nuestra cometa. Con mi madre fuimos a comprar los útiles y ella me ayudó a hacerla. Era una cometa FUCSIA con la cara GIGANTE Y BONACHONA DE POLIPERA mirando hacia el cielo rebozante de orgullo, justicia y orden. Se podría decir que estaba re copado con mi cometa, porque aparte nunca había remontado una. Y esa era mía. MI COMETA. Llegamos a la fortaleza del Cerro y llegó el emocionante momento. Mi corazón palpitaba violentamente. Mis ojos seguro brillaban como aceitunas marrones. Mi pelo era mucho mas rubio que ahora y seguro brillaba también. Todo brillaba esa tarde maravillosa. Los demás niños ya empezaban a elevar sus BOLIDOS en el aire, con viento a favor y alegría en sus corazones. Yo abrí mi mochila y vi que había un problema: de la emoción había embutido la cometa de cualquier manera y el hilo se había enrredado todo. Traté de desenrredarlo con mis torpes e inexperientes dedos de 8 años pero era imposible. Demasiados nudos.

Empecé a desesperarme. Otro compañero se acercó y me preguntó que pasó. Me empezaron a caer las lágrimas. No hizo nada para ayudarme, solo se quedó mirando mientras yo con desesperación intentaba liberar al DRAGON DE PAPEL QUE MIS PROPIAS MANOS HABIAN CREADO. Fallando. En eso se acercó el director de la escuela y preguntó que estaba pasando. Mi compañero le explicó la situación. La cometa de Manuel se había enrredado. El director se llamaba FELIPE y compartía un cierto parentezco con José Pedro Varela. Se rió. Con su barba moviendose de arriba para abajo, se río, onda AAA ESTOS NIÑOS!! y se fué. SE FUÉ. Mientras yo lloraba. Mi compañero también, ya que su cometa estaba en buen estado. El recuerdo de que fué lo que pasó después y que hice con los restos de mi rombo de papel lo tengo reprimido, pero algo es seguro: la cometa de Polipera nunca remontó los cielos del Cerro. Ni de ningún otro lado.

Otra vez estabamos con Marcos sentados en un banco en el patio de la escuela, en un recreo. Me dijo que se iba a mudar a Argentina con la familia y que tenía un problema grave con su visión. Que si no se operaba se iba a quedar ciego. La familia no podía pagar la operación.
Nunca más lo vi después de eso.